Me levante con el espíritu libre con deseos de comer y de tomarme una buena taza de café de mi pais. Así lo hice.
Este fin de semana fue muy espectacular y pude liberar ese estrés que agarré en la semana con la noticia del trabajo. El viernes hice una pequeña comidita (con todos los elementos que sobran antes de ir al supermercado y hacer una compra en serio) para unos amigos que ni se conocían, y fue perfecto. Me encanta cocinar para liberarme... no entiendo como esto me puede hacer tan feliz.
El punto importante aquí fue que la comida fue aprobada. Hasta preparé un plato "para llevar"! A parte de la comida que dejó mi casa oliendo a cebolla, la compañía estuvo hermosa. Una amiga que ha pasado conmigo buenas y malas por muchos años, y un nuevo amigo que siempre está a la orden. Qué más se puede pedir?
Indiscutiblemente ya tenía otras invitaciones que tenía que cumplir. Una pareja de amigos a los que adoro, se mudaron recientemente a lo que será su nidito de amor. Fui a verlos el sábado. Mi amiga, aunque carece de confianza en este aspecto, es una de las más espectaculares cocineras de comida de mi país que conozco. Automáticamente, como a los bebés después de la leche, lo que hago es dormir siempre que ella cocina. Usualmente, dado a que la comida es tan pesada, me provocaba lo contrario. Definitivamente me encanta disfrutar de esa siesta y aunque arruino la fiesta, ya en los 30, necesito tomar todas las siestas que mi cuerpo necesite para ser feliz y evitar una arruga. Como se podía, ahí dormí, justo en su sofá. Su riquísimo sofá.
Cuando desperté, me despedí de la fiesta y fui a mi casa. Como por arte de magia, el chico que me visita de vez en cuando y de cuando en vez, me dejó saber que quería dormir conmigo. Como no! Lo más que quiero yo ahora mismo es dormir. Tuve una visita nocturna que me sirvió para calentarme en una noche friiiiia. Parece que su razón número uno para visitarme no era precisamente dormir, pero dado mi viaje, el chico no sacó nada más de mi. Es un beneficio marginal de tener control. Las cosas no se dan cuando otro quiere, se dan cuando yo quiero. Ni el tiempo ni la distancia cambia eso, sólo la edad. Madura suficiente para entender que en mi espacio sólo entra quien yo permito. Cuando una está en los 20's o antes, ese concepto no está muy claro. Una solo quiere complacer para evitar quedarse vistiendo santos. Ya cuando uno tiene mi edad, el ser jamona es una historia épica que convierte a la pobre solterona en una diva que logró pasar todos esos años sin sexo. Para mí, esa es la santa que hay que vestir.
Por alguna razón que todavía desconozco, el proceso de la dormilona me duró hasta domingo. Entre dormida y despierta fui a comprar pollo, vegetales y pasta, para poder sobrevivir la semana próxima. Hablando con mi mejor amigo, descubrí el porque una de mis llamadas 'amigas' (de esas que literalmente son sólo un peso en el bolsillo) dejó de ser amiga por diferentes cosas que le sucedieron. La teoría de mi amigo es que está avergonzada. Mi teoría es que sabe que ya no nos puede sacar más dinero y ya perdimos valor. La chica se hizo las tetas (operación de aumento de senos) para lograr un estatus social y emocional que no tenía. Ella siempre soñó con vivir de un hombre de dinero rodeada de lujos. Literalmente, esa era su meta en la vida. Jamás logró nada sola y siempre quería sacarle lo que pudiera a los demás. Bueno, se podría decir que cambió las tetas por el carro. Debido a esa deuda, perdió su apartamento y su carro. Obviamente se fue a pedir, como siempre, a un hombre con el que todavía tenemos contacto y nos hizo la historia.
Eso me puso a pensar que, aunque parezca irónico, mi vida de soltera y sola me ha salido mucho mejor de lo que esperaba. Si, extraño tener con quien compartir ciertas cosas, pero no tengo la necesidad de 'sobrevivir' de un hombre. Me encanta que están ahí sólo cuando lo necesito, y ninguno de ellos los veo como potencial esposo. Creo que el día que yo encuentre a ese que será el que se quede, lo voy a saber porque será el primero en decirme NO.
Me encanta saber cuando estoy en el camino correcto. Nada más con el testigo.
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